
Tener una persona de confianza que te encuentre esa prenda o ese bolso que has visto en una revista y que no puedes buscar por falta de tiempo.
Que te confeccione el fondo de armario cada temporada, para evitar comprarte prendas que no te pondrás.
Darte posibilidades para ese regalo especial que debes hacer y que tu ritmo de trabajo no te permite buscar.
Que te busque la prenda adecuada para cada evento.
Por todas estas cuestiones y otras surge el
PERSONAL SHOPPER.
Para algunas personas puede parecer un lujo, pero para otras es una auténtica necesidad, ya que al ser asesor de imagen, te ayudará a sacar el máximo partido a tus cualidades físicas y al mismo tiempo a mejorar tu aspecto a través del asesoramiento tanto de la ropa como complementos, cabello, maquillaje...
Es un conocedor de la oferta de tiendas de la ciudad, por público objetivo, nivel económico de las mismas, tipo de artículo, etc.